Aunque siempre han sido importantes, tras la pandemia, las zonas de lavado profesionales han cobrado mayor importancia. Y no solo en hostelería, también se ha puesto el foco en ellas en otros sectores como en panadería, laboratorios, farmacias, alimentación, logística, etc.
En la actualidad, las máquinas se han sofisticado para dar soluciones prácticas y a medida de cada necesidad. Pero no siempre es fácil elegir la máquina adecuada. En Dimasa llevamos más de 30 años proyectando zonas de lavado para profesionales. Una experiencia que nos permite no solo elegir las mejores máquinas de lavado, sino también asesorar a cada cliente para que explote mejor su uso, alargando así la vida de la maquinaria y consiguiendo mejores resultados de lavado.
Para ello, el primer paso que realizamos es un estudio personalizado de las necesidades de cada cliente, para proponer y seleccionar las mejores opciones.
Estudio de las necesidades de lavado
En este estudio se recopila toda la información necesaria para determinar qué tipo de máquina se necesita. Básicamente se definen los siguientes puntos:
- Tipo de cliente: comedor de colectividades, restaurante a la carta, restaurante de menú, salón de eventos, hotel buffet, hospital, etc.
- Cantidad máxima de comensales del establecimiento.
- Qué vajilla utiliza cada comensal: 1 plato, 2 platos, plato postre, copa vino, copa agua, cubiertos, taza café, plato café, etc.
- De cuánto tiempo se dispone para realizar el proceso de lavado.
- Cuántos operarios se destinarán para el proceso de lavado.
- Plano de implantación donde se quiere ubicar la zona de lavado.
Con estos datos, nuestros técnicos especialistas definen el proyecto y conocen qué máquinas se necesitan. Por ejemplo, un cliente está realizando su proceso de lavado en 2h, en un restaurante de menú con una capacidad para 200 comensales y cada comensal utiliza:
- Un primer plato trinchero.
- Un segundo plato trinchero.
- Un plato de postre.
- Una copa de vino o agua.
- Una taza y plato de café.
- 5 cubiertos.
Con estos datos se puede calcular la cantidad de vajilla a lavar y la capacidad de la máquina. Para ello, se desglosa el total de la vajilla en su capacidad por cesta de lavado y así se determina la cantidad total de cestas que se tienen que lavar.
El desglose sería así:
- 200 primeros platos / 18 platos en cada cesta = 12 cestas
- 200 segundos platos / 18 platos en cada cesta = 12 cestas
- 200 platos postre / 18 platos en cada cesta = 12 cestas
- 200 copas vino – agua / 25 copas en cada cesta = 8 cestas
- 200 tazas café / 20 tazas por cesta = 10 cestas
- 200 platos café / 25 platos por cesta = 8 cestas
- 1000 cubiertos / 100 cubiertos por cestas = 10 cestas
Total, cestas a lavar 72 cestas.
Después de realizar el desglose de la vajilla en cestas, hay que aplicar siempre un margen de seguridad del 15-20%, el cual se suma a la cantidad de cestas resultantes en el estudio. Este margen de seguridad es derivado de los procesos de lavado, pues el operario que está trabajando tiene tiempos muertos derivados del proceso de lavado en los cuales no está cargando la máquina. Para poder aplicar este margen de seguridad, se determina un 15% más de capacidad de cestas a lavar si es una máquina dinámica y un 20% si es una máquina estática (en el próximo post definiremos los tipos de máquinas).
Siguiendo con el estudio del ejemplo. El total de cestas a lavar son 72. Esto indica que vamos a necesitar una máquina seguramente estática, con lo cual aplicando el margen de seguridad del 20% a las 72 cestas resultantes, esto nos daría una capacidad total de 86 cestas a lavar.
Por último, como el cliente destina un total de 2h para realizar el proceso de lavado, hay que dividir el total de cestas a lavar entre las dos horas del proceso de lavado, siendo el resultado de 43 cestas por hora, esto sería la capacidad de la máquina de lavado que necesita el cliente en este caso de ejemplo.
Equipos auxiliares
Además de hacer un estudio de la máquina o máquinas necesarias para cada cliente, también realizamos la implantación de todos los equipos auxiliares necesarios para el correcto funcionamiento de éstas. Es decir, definimos la ubicación, tamaño y tipo de fregaderos, grifos ducha, mesas de entrada y salida, etc.
De hecho, una de las partes más importantes a la hora de diseñar la zona de lavado es la definición de los circuitos de entrada del material sucio y de salida de lo limpio. Y es que, es importante crear los circuitos de trabajo sin cruces, para tener una zona de lavado lo más funcional posible.
Seguidamente, tras definir qué tipo de máquinas y equipos complementarios, tras diseñar el circuito de lavado y su ubicación, el siguiente paso es conocer el presupuesto del cliente y seleccionar la mejor máquina al mejor precio.
Apostando por marcas líderes
En estas tres décadas de experiencia, en Dimasa hemos trabajado con muchas marcas especializadas en lavado profesional, pero nuestra apuesta más segura es, casi siempre, la de Hobart, el primer fabricante a nivel mundial en equipos de lavado.
Hobart garantiza la calidad óptima de los elementos a lavar. Esta firma está continuamente en evolución de sus equipos de lavado, incorporando numerosos avances tecnológicos patentados que hacen de la marca la más importante del sector.
Por ejemplo, en uno de los temas más importantes del lavado, el desbarrasado o prelavado, Hobart aporta soluciones muy avanzadas. La firma está implantando cada vez más en sus máquinas sistemas de desbarrasado automático. Es decir, la propia máquina realiza el prelavado de forma automática antes del lavado. De esta forma, la máquina elimina y expulsa todo el residuo sólido que pueda tener el material a lavar.
Y es que, de las partes más importantes del lavado, la previa -el prelavado- es clave. Esto consiste en preparar la vajilla (o el material a lavar) antes de que entre dentro de la máquina para eliminar todo tipo de residuo sólido. Este proceso es esencial para que la calidad del lavado sea óptima y para que la vida de los equipos de lavado sea la más larga posible.
En Dimasa, siempre recordamos a nuestros clientes que las máquinas de lavado “no son el cubo de basura”, por lo que preparar el material a lavar realizando un buen desbarrase es primordial.
Porque, tan importante es elegir bien la máquina para lavar, como saber usarla para alargar su vida útil. Y es que, por experiencia, sabemos que lo más importante para nuestros clientes es ajustar la inversión de las máquinas en las zonas de lavado en cada caso, por ese motivo, una vez realizados los estudios de lavado seguimos asesorando a nuestros clientes.
En el próximo post veremos qué tipos de máquinas existen y cuál es la mejor para cada caso.